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Fragmento: "Un Momento dislocado".


Y aquí estamos, sentados de nuevo en el mismo banco del parque dibujando barquitos de papel en la calle circulando con sus pasajeros opacos, como si la cotidianidad los absorbiera en el frenesí de la hora en punto, mirando cada par de zapatos como cruzan en frente de mí, apurados por llegar al destino que solo saben cada uno, aunque he notado que algunos discuten cual es el camino que deben de tomar, así es mi ciudad en las tardes:
Nubes verdes posándose en las ramas de los arboles, cigarrillos parados en las esquinas fumando sus pensamientos, la tormenta de café de las 5:30 de la tarde no espera a nadie y baña aquel que no tenga su sombrilla donde debería estar la cabeza, lo gracioso es que cuando llueve, todo queda mudo, aislado de cualquier sonido, solo el golpeteo de diástole y sístole contra mi pecho. Es ahí cuando entro en comunión con el todo y mi cuerpo desaparece para pertenecer con la nada.
Los ojos se cierran y veo todo con más claridad para decidir marchar y caminar sobre las voces del sigilo urbano bajo la tormenta silenciosa de cafeína. Cada persona que está caminando, corriendo o simplemente parados allí en cada anden de la avenida, colorean sus pensamientos en las paredes de las casas. Murales distorsionados proclamando lenguajes individuales que se colectivizan mostrando la verdadera cara de cada quien, mientras los dedos índices vuelan señalando a todo aquel que esconde un famélico secreto, en este caso, toda la calle es señalada sin que se den por enterados al estar tan preocupados por buscar la manera de tener satisfacciones mundanas. Quisiera en ese momento rasgar el firmamento y que lluevan estrellas a las 6 de la tarde y rompan los techos de los edificios, y desaparezcan las sombras errantes que andan por ahí asechando sueños vírgenes, pero la noche se adelanta y la luna aparece en la cordillera del oriente en su rugido fúnebre para darle fin al destello naranja de la tarde agónica.
Ahora los vasos llenos de cervezas se paran en las puertas de las tabernas y los bares como rameras a la espera de un tipo o tipa cualquiera para que la beban hasta lo profundo de sus entrañas y así asegurar el cobro de su factura, ha cesado la lluvia y el calor de la noche se confunde con el humo de los barquitos de papel cruzando las calles empapados de cafeína. Decido entonces ir hacia algún sitio que se parezca más a mis recuerdos más sensatos para sentarme y pedir auxilio en silencio con mis ojos pegados de la silla que está vacía, sintiendo mis pies congelados como siempre. Y va una cerveza y va otra y luego te quedas mirando hacia el portón del fondo del bar preguntándote que habrá después de allí, me levanto de la silla como si ésta estuviera imantada con mi cuerpo y me dirijo hacia allí en un mar de música lacerante y risotadas de seudo-intelectuales para terminar apoyándome en el marco de la puerta ahogado y demasiado mareado mirando hacia atrás y ver solo bocas tragando alcohol. Al entrar allí veo una calle larga en medio de una noche roja, como si la luna se desangrara y nadie quisiera auxiliarla. El pánico se apodera de mí, corro lo mas que pueden mis piernas hasta que me desvanezco en medio de un humo denso y frio, donde podre estar ahora mismo?. Tal vez sigo sentado en el parque fumándome un cigarrillo…

QUISIERA SABER...


Quisiera saber en donde estoy para así poder ir a buscarme y relatarme tantas historias que había olvidado,

Pensar en la soledad en medio de la multitud y dibujar palabras ajenas sobre murallas de papel,

Escuchar en las paredes las sombras difamando sus propias locuras.

Ser llanto transformado en canción,

Ser una lágrima que decidió evaporarse antes de salir de un rostro desconocido,

Ser el silencio escondido en un tímido trazo.

Sumergirme en un mar de gritos y renunciar a mi voz, para así diluirme en la memoria,

Buscar aquellos ojos tristes y callados que se llevaron los sueños,

Los dibujitos arrugados que se perdían en su mochila,

Los aromas a café y cigarro en el ocaso,

Las cuatro huellas construyendo senderos cubiertos de agua,

Las caricias guardadas en la mesita de noche,

Las bohemias sollozas y testarudas,

Las palabras que nunca se dijeron,

Los cuerpos que siempre se extrañaron,

Las siluetas que el tiempo aún está borrando…

Como quisiera suspenderme en medio de una noche inmóvil para divagar entre sombras buscando un susurro que escapó en el viento.

Ser un trozo de papel arrasado por la brisa nocturna fecundando un poco de pensamientos,

Ser un pequeño baúl escondido en un rincón de algún cuarto custodiando los más oscuros secretos,

Ser una nube que solloza la ciudad custodiando la danza del firmamento.

Ser un poco de alguna cosa para así disolverme en la nada a través de ojos de terceros.

Como quisiera que la gente observara en sus entrañas,

Aquel universo complejo que la vida constantemente nos contrasta,

Sentir la existencia oscilando invariable esclavizada en la causalidad,

Escuchar sus voces allí, adentro, como el eterno reflejo de la realidad,

Y sentir que el dolor de otros, el dolor de gente, es también dolor de ciudad,

Es ausencia vestida de azul atrapando frases en el recuerdo,

Es percibir que todos miramos por mirar, andamos por andar, juzgamos por juzgar,

Deformando aquella palabra que la vida y la historia cuando se separaron decidieron desmembrar,

Solo quisiera saber, que es hoy, la libertad?...

Pensamiento difuso...


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"AUSENCIA".


Hay veces sueñas estar sobre la luna contemplado tu despertar diariamente,

Hay veces tienes miedo de lo que pasará al día siguiente,

Hay veces dibujas en tu pensamiento el alma desgarrándose sobre la muerte.

Hay veces quisieras salir corriendo en busca del sol del oriente…

Hambre de felicidad, hambre de soledad,

Suspenderte en medio de una tarde inmóvil y observar la continuidad causal de lágrimas ajenas,

Quedarte allí, tácito, callado. Divagando en la ausencia, acariciando soledades.

Hay veces estas tan jodido, que tu sonrisa se pierde en la memoria,


Dejando allí, un sinfín de máscaras colgadas en las viejas casas.

Lo absurdo fecunda coherencia hostigada.



¿Que evidencia la vida en tus manos?

¿A caso las sombras suplantan tus pasos?



Los péndulos oscilan en tu cabeza dormitando el recuerdo,

El abismo invertido se ahoga en tus ojos colapsados en busca de la luz de tu existencia.

Es otra senda, la búsqueda del trazo ideal,

Caminos secretos sobre campos de fuego,

Arden corazones envenenados por la inercia de la decepción,

He aquí las pisadas sobre las cenizas que la tormenta no quiso borrar

¿Que hay allí adentro?

Tal ves pájaros gimiendo entre las flamas canciones que aun no conoces,

Coros sacros rasgando el vacio al otro lado del espejo,

Hay veces pienso que sos vos el verdadero silencio,

El grito amordazado de la suplica enardecida,

El sonido perdido en el pensamiento.

POÉTICA DEL SILENCIO.

El hombre se vierte en el ritmo, cifra de su temporalidad; y la imagen vuelve al hombre apenas unos labios repiten el poema. Por obra del ritmo, repetición creadora, la imagen se abre a la participación. La recitación poética es una fiesta: una comunión y lo que se reparte y recrea en ella es una imagen. El poema se realiza en la participación, que no es si no recreación del instante original. Así, el examen del poema nos lleva al de la experiencia poética. Nosotros empleamos la palabra escrita o hablada para expresar un significado: transmitir. Nuestro lenguaje está lleno de símbolos, pero también empleamos con frecuencia signos e imágenes que no son estrictamente descriptivos, pero van adquiriendo significado reconocible mediante el uso común o la intención deliberada. Lo que llamamos símbolo es un término que puede ser conocido en la vida diaria aunque posea connotaciones específicas además de su significado corriente y obvio. Representa algo vago, desconocido y oculto, caracterizándose por tener un “aspecto inconsciente” más amplio que nunca puede ser definido con precisión o completamente explicado. (Cuando la mente explora el símbolo, se es llevado a ideas que yacen más allá del alcance de la razón).

“La búsqueda, el rostro sin rastro, rostro que no come de los días y las horas que se tragan inefablemente en el tiempo, rostro que vive sus tardes cansadas y sus noches de locura, rostro que ya no quiere ser rostro…la imagen de su existencia, el reflejo de sus decisiones consumadas y marcadas en la piel, la absurda mueca de la realidad…mi rostro, el tuyo, el de cualquiera, siempre reflejará lo que no queremos mostrar...” Es aquí, en esta utilización consciente de los símbolos o imágenes que define un aspecto de la psicología humana: la producción inconsciente y espontanea de lo que denominamos sueños.
Vemos, Oímos, Tocamos, Gustamos, en la medida de la calidad de nuestros sentidos, y esto limita nuestra sensación sobre el mundo que nos rodea… pero hay también otros aspectos dentro de nuestra percepción de la realidad que son completamente inconscientes, con ello queremos decir, que todo aquello que somos capaces de percibir es directamente trasladado al mundo de nuestra mente y allí se convierte en un proceso psíquico cuya naturaleza ultima no será posible de conocer. “Mi rostro se pierde en los rostros ajenos de esta realidad, se disipa, se asusta tratando de encontrarme, en las calles, en los bares, debajo de mi cama, en los libro que nunca escribí, pero mi rostro no sabe que estoy donde siempre he permanecido, aquí, detrás de él. Escondido, taciturno en el lecho de mis sueños, en la poética de mí silencio…”.
La poética visual puede definirse como una modalidad de la poesía donde el efecto visual sobre el lector, tiene una importancia en particular. El lector, debe dejar de ser lector y se transforma en participante-observador.

"EL REGRESO..."



Lágrimas de cartón

Tan inertes como mi corazón,

Ya no puedo soñar más,

Quiero despertar

Y encontrar lo que tanto he buscado.

Estas noches me consumen

Lenta y despiadadamente,

No me encuentro,

Me he perdido,

Me estoy buscando

Y aun no me he encontrado.

¿Habré desaparecido?

¿Me estaré ocultando?

Ya ni esperándome en silencio

Sirve para ver mi regreso.