Es el amanecer el que escudriña todo pensamiento presente de la
cotidianidad.
Es observar el sol treparse en las montañas mientras el frio cala
tus huesos.
Es un momento que dibuja en el cielo muchos momentos.
Es un momento que tiene que vivirse mientras tus pupilas te quieren
muerto.
Es siempre sentir tu carne tiritar sumergida en el insondable azul
del firmamento,
Y la palabra ya no tiene sentido para tu alma,
Mucho menos para el audaz remordimiento.
Solo las voces del arcano te susurran lo que tu cotidianidad te
niega desde hace tiempo.
Es como un cuento eterno,
De esos cuentos que no te atreves a gritar el final.
Julián Martínez.
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