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"DÉJAME".


Sostienes mi silencio en tus labios
Y quiero que se quede allí
Mientras tu sombra besa la noche.

Ahora miro tu cuerpo
Como se inyecta de bares,
De sonrisas,
De besos rasgados,
De manos viriles,
De salivas en tu cuerpo,
De adictos a rostros borrosos.

Y como mi sonrisa se escapa
En tu lluvia de falos,
En tu locura presente,
En  tu oscuro jardín marchito 
Escondido entre tus piernas.

Ven acá mi bella utopía,
Déjame ser  un payaso y asomar
En tu boca risas de papel,
Déjame intimarte
Como las otras sombras que se oscurecen 
Ahogados  de alcohol,
Ahogándote en alcohol…

Y te desinhibes
Y tu lengua toma posesión de cuerpo
Y rasgas tu rostro,
Muñeca llenita de mentiras
Y cubres mis sentidos con tu hedor,
Con tu olor a soledad,
Con tus frases infectadas de ausencia,
Con tus cabellos que ya no están atardecidos,
Con tu estupidez carnal y efímera,
Con tus hormonas sometidas por el vino,
Con tus palabritas que se pierden
En la presencia del tipo de al lado.

Déjame ver como aplastas con tus chanclas
Aquella niña de ojos tristes y callados 
Que una vez yo le enseñé mis sueños,
Mis  tontos sueños hacia ti.

Y ensordecerme con tus cantos
Rebeldes y sin sentido
Y cortarme las venas sobre la mesa
Para que la bebas
Y te embriagues más de lo que estás
Y ver a mí alrededor  como los entes
Esperan ansiosamente su turno.

Pero esta noche,
Solo por esta noche me perteneces...

Déjame  guiar tus nuevos ojos
Perdidos y locos
Y sacarte de este mar de blasfemia,
Pútrida y ajena
Y alejarte de tanto depredador
Y abrazarte en el oscuro lecho de mi alma
Y ver dormir
A la mujer que una vez me amó.

Déjame sentir en este instante tu cuerpo
Golpeado por  la sucia ciudad
Y derramar una lágrima sobre tu frente,
Y hacerte el amor,
No como los demás,
Y hacerte el amor
Para que  en medio de tu endorfina
¡Dibujes!...
La falta que me haces
Mientras duermes.

Déjame ir
Hacia el tedio del olvido,
Y desde allí te cantaré
Lo que mis pasos callan,
Porque es mejor extrañarte
Que tenerte.

Y lloraría hacia lo lejos 
Y que llores mi recuerdo,
Como hubo alguien que te conoció tanto,
Para que ahora seas
Una hermosa desconocida.

Julián Martínez.

CARTA A LA POETIZA QUE NUNCA REGRESÓ.


Pasará la luna  noche tras noche
Dibujando el marco de tu ventana, 
Fría y silenciosa,
Espiando el movimiento de tus pensamientos,
Y tú,
Sumergida en tus barquitos de humo nocturno 
Fecundas a Penélope sobre un papel...

El sol se asomará en tu sonrisa
Y acariciará tu espalda
Para tratar de no ahogarse en tus oscuros cabellos, 
Pero tú,
A través de su calor,
Sumergida en las mañanas tristes,
Fecundas un poco de alba sobre un papel.
La tarde evocará en ti
El llamado de un pequeño café
Para estremecer los nervios y darle la bienvenida
A la lasitud de tus deseos
Dibujando un poco de locura,
Y tú,
Sumergida en respuestas anheladas,
…Fecundas un poco de vos…

Ella…


Ella es mi todo
Que calla
Frente a su vida tan llena de problemas,
Ella sabe que me ama
En su confundido corazón,
Ella desea mi presencia
En el alba
De sus ojos vacíos,
Sus ojos,
Tan tristes y callados.

Ella sabe que mi alma
Teje recuerdos
En sus atardecidos cabellos,
Ella sabe que en su lecho de sueños
Abrigo su cuerpo
Con mi ausencia
En sus noches de melancolía,
Ella sabe que en cada lágrima
Que sollozan mis ojos
Hay un consuelo de sus labios,

Ella sabe que mis palabras
Transforman su mundo
Mientras éste
Duerme a su alrededor,
Ella sonríe al recordar
Aquellas serenatas
Que plasmaba en su corazón,
Ella sabe que la extraño tanto
Que sus fantasmas
Embriagan mis lunas,
Ella sabe que mis versos
Le hacen el amor a su locura.

Ella, solo ella,
Guía de mis lluvias,
Compañera de mis pensamientos,
Dueña total de diástole y sístole
Que marcan tu nombre en todo mi cuerpo.

Tú,
Mi amada soledad.

BITÁCORA

Las palabras,
Vencidas por el orgullo,
El argumento y la excusa.
Las miradas,
El único medio para no perder el contacto con lo onírico.
La soledad,
Debajo de la cama, detrás de la puerta de la casa,
En la calle que cruzo,
En los ojos del que me observa,
En la multitud donde me sumerjo para desparecer…
Tú,
Dibujada en los murales que ya no visito.
Yo,
Buscándome en algún lugar de mis sueños.
Dios,
Riéndose de mí,
Sentado en su sofá mientras me observa
A través de la pantalla de su televisor.
La muerte,
Me seduce embriagándome hasta la médula,
En algún bar de medio pelo de la ciudad.
Mi alma,
Haciendo burbujas de jabón,
En silencio,
En la rama de un árbol de limones cuando tenía 10 años…