Así sucedió…
Como un estallido en lo más profundo de mi cabeza distorsionando mi
psiquis para observar lo que sucedía.
El sueño que casi nadie quiere soñar…
Postrado en una mesa mirando el horizonte como se evidenciaba todo,
Las voces del sigilo se despedazaban en gritos para fundirse en el
viento,
Y las personas escuchaban aquello que salía de mi cabeza.
Reflexión perpetúa y tranquila de mi conciencia al saber que ellos
ya la escuchan…
Y gritaban enardecidos desbordados de anarquía como aquel se siente
en llamas y busca irremediablemente como extinguirlas sin enterarse,
Que lo que arde son sus almas,
Y el cielo se abría en espiral para darle la bienvenida a las
estrellas que caían sin respetar al sofocado aire.
Ahora todo era rojo y mis lágrimas sabían a sal,
Los seres de luz se concedían sobre las cabezas de las personas
paralizando todos los rincones de la ciudad.
Había silencio y todos los ojos dejaron de brillar y se desvanecían
hacia el inagotable resplandor.
Mis pies se sumergieron en mi sombra como si ella tratara de sacarme
de aquella realidad.
Oh soledad mía…
Caía al oscuro abismo
mientras me enteraba que posiblemente lo real,
Es una ilusión perfecta para mi espíritu…
Julián Martínez.
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